viernes, 13 de agosto de 2010

Ya funcionan los comentarios

Despues de mucho batallar con las plantillas, parece que ya funciona la opción de poner comentarios.

Fina, hoy entré un momento a ver el correo y pude leer que me avisabas de que no funcionaban. Y esta noche despues de que hemos llegado de ver un concierto de Malú en un pueblo cercano que está en fiestas, me he puesto manos a la obra.

Pufff... que envidia, mi chico durmiendo y yo que me caigo, poco más o menos como la de la imagen estoy. Bueno, no es la misma que antes... pero luchando y pillando que si una plantilla, y luego imagen de otra, iconos de otra... aaaaaaaaaaah!!! Que locura. Digamos que me ha quedado medio a mi gusto (los que me conoceis ya sabeis que esto me vicia, a la hora de ponerme a hacer el blog como me gusta).

Bueno guap@s, creo que va siendo hora de meterme en la cama. Son las 5:20h am, aqui en Madrid- España (Esto va para los que puedan leerme de fuera,. Sí... somos de donde los campeones del Mundial de Futbol.... esos que ayer casi pierden contra Mexico en un amistosillo... Uffff, para matarlos con lo que ganan).

Un besote para tod@s

miércoles, 11 de agosto de 2010

Empezando nuevos tiempos

Buenas de nuevo a tod@s. Aqui unire todos mis blogs comenzando mi nueva andadura ahora que todo lo que deseaba se esta cumpliendo. Espero seguir leyendoos por aqui.
Sereis bienvenid@s. Y continuare visitandoos como siempre en vuestras páginas, disfrutando de leeros.


Tambien aprovechare para públicar aqui todos los relatos que ya he escrito en los anteriores blogs, para aquellos que no los hayais leido. Y continuare publicando nuevos.

Un besazo a tod@s

martes, 10 de agosto de 2010

Para Tod@s Vosotr@s Que Me Leeis



Esta entrada es para vosotr@s... de todo corazón. Por estar ahí cada día.





Sandra... que gran descubrimiento fue conocerte más a traves de tu blog. Tus pensamientos, esa alegría que pones en todo... me ha infundido mucho animo. Gracias ! Ana... rebelde igual que yo. No consiguen acallarnos por nada del mundo. Eres en muchas cosas como yo, y leerte a veces es leerme a mi misma. No cambies.

Raúl... sensible, tierno, leal. Eres un gran amigo aun en el silencio. Se ve a la legua. Muestrate más, ya que tienes mucho aun por enseñarnos de ti.

Paulita... quien lo diría tanto que nos peleamos en el chat durante un tiempo, y el cariño tan grande que te cogí despues gentu!.Nadie me emociona como tú al leerte. Eres grande... no sabes cuanto. Cree en ti.

Y de ti Cari, que más puedo decir? ... eres mi vida. El motivo para seguir luchando cada día. Te amo. Gracias por estar a mi lado.

Y bueno, en estos momentos esta entrada va especialmente dedicada a ella... todos la conocemos. Esa EsenciA de mujer que en realidad creo nos ha unido a muchos aqui.

Fina... te conozco hace un año. Viviste conmigo el comienzo de mi amor con mi niño... y siempre has estado ahí. Junto a nosotros. Manten esa sonrisa que siempre sonaba en tus labios. Y recuerda que como has podido comprobar, muchos te queremos. Y estamos junto a ti. En lo bueno, en lo malo... como dice la canción:

"ESO ES LA AMISTAD" ...gracias a tod@s.

Se Moria Por Ella



Se encontraba allí de pie. Aun sin saber como podría pasar ese trago sin que nada se notara. Pero convencido de que por ellos haría lo que fuera. La espera dio paso a sus pensamientos, estos comenzaron a volar unos años atras. De pronto se encontraba con 17 años en la puerta del instituto... y la vio.


Ella llego como cada día, hermosa con su melena suelta. Esa melena en la que su mirada se había perdido tantas veces en clase cuando la tenía delante sentada. Sin dejarle escuchar las explicaciones del maestro, solo se perdia en el brillo de su pelo. En sus diferentes tonalidades de rubio. Cuantas horas había pasado así. Y llegó Luis, su mejor amigo. Se acerco a ellos y dio un beso en los labios a Lucia. Haciendo que su estomago se volviera pequeñito por momentos. La angustia que sentia cada vez que los veía besarse no se mitigaba con el tiempo.

Sí, no podía evitarlo... estaba enamorado desde hace mucho de la novia de su mejor amigo. Pero era todo tan paradójico. Ella tambien era su mejor amiga. Y él había sido su confidente tantas veces... escuchandole sus alegrias y penas con Luis, que ya era algo normal para él. Solo intentaba aprovechar cada momento que ella le regalaba y podía estar a su lado. Siempre teniendo claro que jamas se interpondría entre ellos. Nunca traicionaria a su amigo, sería como traicionarse a si mismo. Pero no podía evitar sentir tanto amor por ella.

Los años pasaron... los tres vivieron muchas cosas juntos. Viajaban, salian, hablaban, pasaban horas componiendo juntos, ya que la música era la pasión de los tres... poco les quedaba por saber de los demás a cada uno. Poco o casi nada, salvo el amor que sentia Roberto por Lucia. Los años no lo habian mitigado, todo lo contrario. Ella paso de ser una joven adorable a convertirse en una mujer increible. Buscaba mil excusas para verla. Aunque fuera unos minutos. Y con 28 años que ya tenía aun se ponia nervioso cuando la tenia delante. Soñaba incluso por las noches con poder ir a por ella y escaparse juntos lejos, donde nadie supiera de sus vidas y ser felices. Pero sabía que era algo imposible. Y solo lloraba en silencio la pena de no poder tenerla junto a él. De no poder besarla, abrazarla, poseerla como haría Luis cada noche. Todo cuanto había anhelado durante años.

Y por mucho que lo soñara, sabía que ese sueño aquel día de primavera se desvanecía por completo ante sus ojos. Sin poder parar lo que allí estaba ocurriendo. Cuando un año atras le anunciaron que habian decidido casarse, sintio que moría. Sus ultimas esperanzas, fantasias de que todo un día cambiara. Solo quedaban meses para ver como la mujer de su vida, se casaba con su mejor amigo. Aun así, les apoyó como siempre había hecho. Incluso acepto la petición de Luis de ser su padrino, algo que le hizo aun sentir peor. Les ayudo con los preparativos, perdio horas de sueño sentado junto a ellos en una mesa preparando mil cosas que eran necesarias para la boda. La boda que no sería nunca la suya con Lucia.

Y ese temido día llegó. Y temprano acudio a casa de Luis, para ayudarle a vestirse. Calmando sus nervios. Escondiendo ante él como se sentía, para no hacer daño a su querido amigo. Y cuando llegaron a la iglesia avanzaron por el pasillo, él tan nervioso como si fuera el novio. Llegaron al altar, y comenzó la tensa espera. Con un cúmulo de sentimientos tan contradictorios que le daban miedo. Por una parte deseaba la felicidad de ellos, ya que los quería. Pero en su interior, en su corazón... solo esperaba no ver llegar a Lucia y cruzar ese largo pasillo. ¿Se habría dado cuenta ella alguna vez de cuanto la amaba?

Y entonces apareció. Tan hermosa como la había imaginado... cada paso que daba por ese pasillo era uno más que le alejaba definitivamente de él. Y allí viendola llegar junto a Luis, con mirada emocionada y lagrimas en sus ojos... supo que ella estaba destinada a vivir junto a su amigo. Y ser felices. Nada lo podría impedir. Y cuando unieron sus manos y dio comienzo la ceremonia, la mente de Roberto volo de allí. Y comenzó a sonar en su cabeza quizas la más bella de las composiciones que había escrito junto a ellos, o solo en la tranquilidad de su habitación. Canciones que eran para Lucia, y que ella jamas escucharia. Al igual que pasaria con esta... y la canción comenzaba así: "Me moria por ella...."

Silencio


Echo un vistazo a su alrededor, girando sobre sí misma. ¿Dónde se encontraba? No conocía aquella calle. ¿O quizás sí? Se llevó las manos a la cabeza y apretando sus sienes trato de recordar. Empezó a sentir una fuerte opresión en su pecho, comenzó a costarle respirar. Se paró ante un escaparate y viendo el reflejo de su imagen (preguntándose quién era aquella desconocida que allí veía reflejada), se dio la vuelta y no vio nadie más, ni escuchaba nada; solo un silencio tan grande que la asusto. Y se sintió invadida por el pánico por lo que comenzó a correr. Sin rumbo, solo intentando salir de allí; aquel sitio que no le resultaba nada familiar. Pero también tratando de huir de esa extraña que vio y no conocía. Pero que tenía claro que sería ella.

De pronto freno en seco. Rebusco en sus bolsillos… y encontró unas llaves. ¿De donde eran? Trataba de recordarlo, pero no lo conseguía. Miró hacia abajo y vio el abrigo marrón largo, el cual no reconocía. Entonces se dio cuenta de que no recordaba nada. ¿Quién era? ¿Cómo se llamaba? ¿Dónde se dirigía? Solo deseaba que alguien le respondiera todas aquellas preguntas que resonaban en su mente y no hallaban respuesta. Pero volvió a mirar todo lo que tenía cerca, y supo que sería algo imposible. Tras unos segundos en los que su mente se quedo en blanco, cayó al suelo desplomada.

-Tomarle la temperatura. Quiero una analítica completa. Y si veis que no reacciona subirla para que le hagan un TAC. Quiero descartar cualquier lesión, en vista de que han dicho que se llevó un buen golpe. – Por fín podía escuchar a alguien. Escuchaba sí, pero no podía abrir los ojos, aunque lo intentaba. Se había terminado el silencio.
- Doctor, parece que comienza a tener un pulso normal. – Dijo la enfermera con entonación alegre- Seguiremos con las pruebas.
- De acuerdo, en cuanto tengan los resultados avísenme.

Abrió los ojos lentamente. Le pesaban mucho los parpados. Pero poco a poco lo fue consiguiendo. Y el resplandor que había en aquella habitación hicieron que en un primer momento los volviera a cerrar. Pero por fin, lo consiguió. Y pudo escudriñar todo lo que la rodeaba. Una habitación pintada de blanco, ella se encontraba en aquella cama y solo había otra más vacía junto a ella.

Se levanto y comenzó a andar. Salió de la habitación a un ancho pasillo y vio que todo era blanco. Los suelos, paredes, techos… incluso los marcos de las anchas ventanas y el poco mobiliario que encontraba a su paso. Unas pocas sillas y un mostrador hacia el que se dirigió esperando encontrar allí alguien. Pero no sucedió lo que esperaba; ya que estaba vacío al igual que todo a su alrededor. ¿Dónde estaba todo el mundo? ¿Y las personas que estaba segura de haber oído antes, cuando no pudo abrir los ojos? ¿Estaban jugando con ella? Siguió entrando en cada habitación por la que pasaba, en ese interminable pasillo. Nadie, vacías todas. No entendía nada.

Al fondo vio una gran puerta, y decidió dirigirse hacia allí. Aunque la verdad es que le costaba horrores, sus piernas cada vez respondían menos. Las sentía más cansadas… sus pasos eran más lentos. Pero sacando fuerzas del propio miedo a esa soledad que la rodeaba continuo hacia delante. Estaba llegando a esa puerta, ya casi al alcance de sus manos. Solo deseaba cruzarla esperanzada de encontrar al otro lado alguien que pudiera resolver todas sus dudas. Que la ayudara… Y ante todo, apagara esa soledad que sentía y le hacía sentir tanto frio.

Agarrada a la puerta comenzó a empujarla despacio. Intentando escuchar algún sonido que proviniera del otro lado. Voces, ruido… alguna señal que la indicara que no se encontraba allí sola. Pero contrario a sus esperanzas, solo pudo escuchar el sepulcral silencio que había a ese lado de la puerta igualmente. En un último esfuerzo por cruzarla, la empujo con todas sus fuerzas (las pocas que le quedaban)… y dando un paso adelante sintió que todo su cuerpo se helaba. La oscuridad la rodeo y una sensación escalofriante la recorrió de arriba a abajo, para dar paso a…

… abrió sus ojos rápidamente. Y allí se encontró. En su cama, su habitación. Su casa. Todo lo que conocía, y recordaba. Y una sensación de alivio la inundo. Todo había sido un sueño. Una pesadilla más bien. Pero a pesar del mal rato que había pasado, el sentirse segura en su casa, le hizo recuperar la calma. El ritmo de su respiración se fue normalizando, y el miedo que había sentido fue pasando. Y daba gracias por no sentirse sola, porque giro la cabeza y allí le encontró a su lado, durmiendo tranquilo en paz. Y supo que nunca volvería a tener esa sensación de soledad. Porque allí estaría él para borrarla. Y depositando un suave beso en la comisura de sus labios, se tumbo a su lado y comenzó a conciliar de nuevo el sueño. Esta vez tranquila y dulcemente. Porque sabía que estando él en su vida, nunca más habría silencio.

El Camino De La Felicidad


¿Existe algún manual para encontrar la felicidad? ¿Dónde puede estar? A veces recorremos el mundo en busca de la felicidad, sin darnos cuentas de que la tenemos al alcance de nuestra mano.





Para miles de personas se encuentra detrás del dinero.Ten el máximo posible y así la tendrás (eso piensan).Pero está claro que no la compra.




Otros pensaran que existe una fuente, de la cual si bebes la lograrías eternamente. Y no cesaran de buscarla. Pero solo es una utopía.



Miles de libros de autoayuda nos prometen que si seguimos lo que en ellos se nos dice podremos conseguirla; pero lo cierto es que ni así la consiguen.


Quizás si hubiera unas píldoras que sin receta lograran que se alcanzase, mucha gente se lanzaría a comprarlas. Quien las inventara se haría millonario.


Pero lo cierto, es que siguiendo esos caminos casi siempre llegas a un final en el que te encuentras un cartel que te indica que debes seguir buscandola por que allí no está.




Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos. Y eso puede ser donde menos te lo esperas, en el supermercado, en un parque, un bar, o buscándola huyendo del mundo.


Y cuando llega descubres que ahí no acaba, que el final de un camino solo es el principio de todo, y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado.
Aunque sea para esconderte en un desierto. Y esconderse es lo que menos te importa; lo que te importa es que estas tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida.

Y ya solo importa el hoy, el presente y lo que queda por venir.


Porque no se puede borrar lo que ya está escrito, y por que la vida es aquello que te sucede mientras tú tratas de hacer otra cosa. Lo importante es no desesperar, sino dejarla que ella nos encuentre y no ponerle las cosas difíciles intentando llevarle la contraria.

No os escondáis, dejar que vuestra felicidad os encuentre.

¡Darle la BIENVENIDA!!!

La Mariposa de Vietnam




Dicen que en vietnam hay mariposas que sólo duran un día. Tienen 24 horas para hacerlo todo. Nacer. Crecer. Buscarse una mariposa que les guste...Una vida entera de mil momentos en tan sólo 24 horas.
Nosotros en general en la vida tenemos muchos dias de 24 horas que por desgracia no siempre aprovechamos. Deberiamos aprender de esas mariposas. Saber vivir cada momento de la vida intensamente, y no desperdiciarla.

Decía John Lennon, que la vida es lo que te va sucediendo... mientras te empeñas en hacer otros planes. Y tenía razón. Planeas tu matrimonio,la casa donde vivirás, el colegio al que irán tus hijos. Planeas hasta el color que tendrá el sofá de tu salón. Pero los planes, son sólo un dibujo en una servilleta de papel. Y por mucho que te empeñes... al final tus planes le importan una mierda al resto del mundo. Y puedes ponerle cabeza, corazón... o un taco de servilletas emborronadas con sueños. Que la vida... tiene otros planes para tí.

Yo, tengo la sensación de haber llegado tarde a todas partes. De haber cogido la circunvalación, que nunca te lleva al centro de la ciudad. Pero ya se sabe, dicen que todos los caminos llevan a Roma... cuando se tiene todo el tiempo del mundo.

Pero yo siento que mi tiempo se acaba, que cada día que pasa es uno menos que tengo para ser feliz. Y el reloj y las hojas del calendario pasan en mi contra. Haciendo que se esfume poco a poco mi felicidad. Sólo deseo que se pare el tiempo, y me deje vivir la felicidad que tanto deseaba y alcancé, pero que tiene fecha de caducidad por desgracia.

No hago más que pensar en que ocurrira cuando llegue ese momento. Cuando todos los granos de arena de ese reloj que no consigo parar y al que hace meses le di la vuelta terminen de caer y llegue el final. ¿Cómo será mi vida cuando eso ocurra? ¿Dejare de vivir esos momentos intensos que vive esa mariposa de vietnam, como si fuera el último día de mi vida?
Por más vueltas que le doy, solo veo los granos de arena caer sin parar, y no encuentro la salida ni la solución.

Lo único que tengo claro es que ahora sé... que seguir viviendo no es pasar las hojas de un calendario, día tras día.
Sino entender... que cada hoja de ese calendario es única.

Insomnio


Se levanto, desesperada ya después de varias horas sin poder dormir. Miro por la ventana y descubrió una luna llena y hermosa. Observándola se quedo varios minutos, pidiéndole que todos aquellos fantasmas que su mente inundaban desaparecieran y poder caer en los dulces brazos de Morfeo “dios de los sueños”.
Una noche más de esas en las que le era imposible dejar de dar vueltas en la cama; y mil cosas rondaban en su cabeza las cuales, no dejaban que conciliara el sueño. Y entonces decidió sentarse frente al ordenador en silencio y comenzó a escribir, intentando vaciar su mente de esa manera y sentirse en paz.

Busco unos auriculares, los cuales conecto al portátil procurando así hacer el menor ruido posible. Y de fondo dejó que sonara la banda sonora de El Fantasma de la Opera (no sabía por qué, pero siempre sentía tranquilidad cuando la escuchaba), mientras escribía.

Entonces recordó algo que había leído aquel día. ¿Es posible sentirse solo cuando vivimos en un mundo en el cual nos rodea tanta gente? Y comenzó a debatir con ella misma plasmando sus pensamientos sobre el tema. Uno de los comentarios apoyaba la idea de que nadie estaba solo si mira a su alrededor. El siguiente daba la opinión contraria, que podemos estar rodeados de centenares de personas y sentir una soledad que llegue a dar miedo. Interesantes ambos puntos de vista.

Ella pensó en su propia experiencia. Amaba con locura a una persona que la llenaba por completo, y sentía plenamente el amor que él le daba. Pero (y como siempre en la vida todo tiene un pero), asumió la realidad. Esta era que se dio cuenta que mil veces se sentía sola. No tanto físicamente por la cercanía de él, sino por todo aquello que le faltaba. Familia, amigos; hasta sufrió la pérdida de su mascota de más de 15 años en la distancia. Algo que llego a dolerle profundamente por no haber estado allí acompañándola en sus últimos momentos. Su leal y fiel amiga de momentos de risas, y también de llantos.

Vivir en la distancia problemas que sufrían sus familiares, sin poder estar junto a ellos. Pensando si como le sucedió con su querida mascota, no le podría pasar con sus padres. En esos momentos se preguntaba si podría recibir algún día la llamada fatídica que le indicara que alguno de los dos faltara y no hubiera podido estar allí para darles un último beso. Nadie tenía la culpa por que ella se sintiera así. Su amor la hacía muy feliz. Y pensar en estar lejos de él también la ponía triste. Pero en determinados momentos, le era imposible no sentirse así. Y que la inundara ese sentimiento de soledad.

Por otro lado mil veces una simple mirada suya, o una sonrisa sincera la hacían sentir que no necesitaba nada más alrededor para sentirse bien. Podría parecer una contradicción, ¿verdad? Pero, nada más lejos de la realidad. Ella llegó a la conclusión de que ambos comentarios que leyó aquel día, cada uno en su medida tenían razón. Y así lo sentía. Que paradójica es la vida.

Por lo cual se decidió a vivir cada momento como si fuera el día siguiente el último de su vida. Tratar de ser feliz con todo aquello que tenía actualmente. Dejar de lado las cosas insignificantes que solo pudieran restarle felicidad. Para que discutir con las personas que tanto quería, sin saber cuando le fatarian. Por qué dejar paso a esos fantasmas que llegados la noche le quitaban el sueño y hacían que se sintiera mal. Con cosas así, estaba restando momentos de felicidad a su vida, y a la de quienes la rodeaban en la cercanía y en la distancia.

Si hubiera podido hablar con cada persona que se sentía como ella en tantas ocasiones, les daría el mismo consejo. Que disfruten la vida, con lo bueno y lo malo que trae. Pero sin dejar que se apaguen las llamas de cada una de las ilusiones que se tengan. Esa intentaría que fuera a partir de ese momento su máxima prioridad. Y ante todo, hacer felices a todos los que la querían.

Y con esos pensamientos, y echando un último vistazo a la preciosa luna que brillaba inmensa aquella noche, volvió a la cama. Triste, por todos en los que pensó. Pero positiva, ante la nueva expectativa que se abría ante ella para no volverse a sentir más así. Y deseando poder ver realizados todos los sueños que juntos tenían para él futuro.

Ya estoy aquí Morfeo… acúname en tus brazos y déjame caer en un dulce sueño.

Un día gris


En aquel banco la vio por primera vez. Un día nublado, de esos grises que no invitan más que a estar en casa disfrutando del calor de la chimenea encendida.
Pero nada le ataba a ese hogar vacio. Todo le decía que debía salir de allí. Caminar sin rumbo es lo que hizo; esperando encontrarse con él mismo. Reencontrar al hombre que fue, ese que tanta satisfacción le traía. Éxitos, pasión, amor. Todo aquello que perdió sin darse cuenta años atrás.
Y sin esperarlo allí se vio… paseando por ese parque casi vacío. Casi, porque allí la vio a ella. Sentada en un banco; separada del mundo. Porque su imagen así lo demostraba. Cabeza agachada, mirada perdida. Sin darse cuenta de lo que la rodeaba. Era como verse a si mismo- pensó él-. ¿Se encontraría ella en su misma situación?. Quien lo sabría; pero allí estaba sola y sin la imagen de que esperara a nadie.


Él se sentó en un banco cercano, y comenzó a observarla. Con una vista se hizo idea de cómo era. Más o menos tendría unos 30 años. Él ya se acercaba a los 34. Su melena negra, larga y ondulada le gusto. Y solo deseaba que levantara su mirada para poder ver el color de sus ojos. Pero ella se encontraba con sus manos entrelazadas sobre sus piernas cruzadas. Mirándolas , y no había manera de atisbar esos ojos que tanto deseaba ver.

Los minutos pasaban y cada vez él se impacientaba más… no podía siquiera ver una sonrisa en sus labios. Ella los apretaba, reflejaba tanto dolor que él sintió como su corazón se encogía. Por un momento se estaba olvidando de lo mal que estaba y de todos sus problemas, porque sabía que aquella bella mujer estaba pasándolo mal. No tenía la respuesta a porque sucedía aquello, pero solo deseaba poder librarla de ello.

Ella aferro su bolso, y por fin levanto la mirada. Unos ojos verdes intensos se cruzaron con los suyos. Inmensos, solo deseo adentrarse en ellos y llegar al centro de sus pensamientos. Ella le sostuvo la mirada unos segundos, de manera inquietante le pareció que ella le miro como si esperara conocerle. Pero en cuestión de un instante, su mirada volvió a bajar apagada.

Saco de su bolso algo, él al principio no podía ver que era. Lo sostuvo apretado entre sus manos. Hasta que distinguió que se trataba de una fotografía. Quien era, no podría saberlo. Pero sobre esa foto comenzaron a caer lágrimas. Él pudo imaginar mil cosas; uno de sus padres, un hijo, un amor… Lo que solo llegaba a comprender es que era alguien por quien aquella joven sufría su perdida.
Su corazón le impulsaba a levantarse y acercarse a ella. Poder consolarla y hacer que no se sintiera sola. Pero sus pensamientos se volvían demasiado racionales, y le decían que no lo hiciera porque solo podría conseguir su rechazo. Quizás era el miedo a esto último lo que hacía que no diera un paso en su dirección. COBARDE- se repetía una y otra vez en su mente-.

La noche comenzó a llegar, y la niebla empezó a rodearles… cada vez más densa. ¿Cuánto tiempo llevaba allí sentado observándola?-se pregunto-. Una, dos, quizás tres horas ya. Pero solo pensaba en que le parecía poco.

Ella cuando menos lo esperaba, se levanto. Despacio (como quien no puede ni con el peso de su cuerpo porque ha perdido toda esperanza y las ganas de seguir adelante), comenzó a rodear el banco en el que se encontraba sentada, situado junto a la carretera. La niebla ya era demasiado espesa como para que él divisara bien su partida. Su contorno se fue desvaneciendo según avanzaba. Pero un miedo superior a él, le hacía seguir pegado a aquel banco en el que estaba sentado.

La imagino andando entre la niebla, hasta que un sonido muy fuerte, un golpe y frenazo seguidos hizo que saltara del banco. Corrió hacia la dirección del ruido; el cual venia del mismo sitio en donde ella se perdió tras la niebla. Y allí la encontró tirada sobre el asfalto. Sin pensarlo se acerco a ella, pero no se movía… intento notar su aliento, su respiración. El conductor bajo del coche rápidamente.

-Lo siento, no la vi, apareció de la nada- se lamentaba el pobre hombre aun asustado-.

En ese momento él lamentó no saber su nombre para poder llamarla, hacerla reaccionar. Pero supo enseguida que la vida de ella se escapaba entre sus manos sin poder hacer nada. Solo podía acunarla, y no dejarla morir sola. Tan sola como la encontró en aquel banco. Y pareció por un momento que ella se lo agradeció, porque entre todo su dolor; ella entreabrió aquellos ojos verdes que le hipnotizaron al verlos por primera vez. Y con una mirada como de agradecimiento y placidez, volvió a cerrarlos para siempre.

-COBARDE, COBARDE, COBARDE- volvió a repetirse una y mil veces, con ella entre sus brazos-.

Cobarde por no haber combatido sus miedos, y haberse acercado a ella cuando aun podía y haberla llegado a conocer. Pudiendo haber evitado su soledad, y la que él tenía hace demasiado tiempo. Cobarde por no saber ver las oportunidades que la vida pone a veces en el camino de uno. Y por haberla perdido, sin haber llegado a ser suya. Solo tenía claro, que jamás olvidaría aquella última mirada que ella le dirigió. Y en su corazón y mente viviría eternamente […]

El tiempo pasó. Y él volvía cada año en la misma fecha a sentarse en aquel banco. Para recordarla y mantener vivo su recuerdo. El recuerdo de aquella desconocida, que le hizo sentir y le enseño a no volver a vivir con miedo. Todos sus éxitos posteriores fueron por ella. Y así se lo seguía agradeciendo. Y seguiría haciéndolo el resto de su vida.
 

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